Comenzar una vida desde cero conlleva grandes cambios, y nuestras diversas identidades no están exentas de ello.
Quiénes somos y con qué o quiénes nos identificamos es una parte innata de nuestra vida. En nuestra adolescencia nos identificábamos con nuestro grupos de amigos, con una banda de rock o con un equipo de fútbol. Durante nuestro desarrollo obtenemos tantas identidades sin siquiera darnos cuenta de que éstas se activan según la circunstancia en la que nos encontremos. Por ejemplo, nuestra identidad social es distinta frente a nuestro grupo de amigos en comparación a la que desempeñamos con nuestros compañeros de trabajo.
Las distintas etapas por las que pasamos dentro del proceso adaptativo al emigrar pueden generar dudas e incertidumbre constantes, lo que conlleva a conflictos de identidad y malestar psicológico en general.
Identidad individual y profesional
La identidad individual de quien emigra padece una fuerte renovación, ya que el proyecto de vida resulta muchas veces incierto y nos encontramos con un -yo- que trata de ajustarse a lo que "es" y a "quién quiere ser".
Por otro lado, nuestra identidad profesional para quienes hemos trabajado de nuestra profesión también se encuentra en -conversión- ya que muchas veces no es posible desarrollar el mismo trabajo que realizábamos anteriormente ni aplicar los mismos conocimientos y experiencias que hemos integrado a los largo de nuestra vida académica y laboral.
Identidad social y fase de luna de miel
Al comienzo, solemos idealizar la cultura del nuevo territorio, rechazando nuestra tierra de origen y observamos cada detalle desde el lente de lo maravilloso. Es entonces cuando nuestra identidad social se identifica con la nueva sociedad e intentamos sentirnos parte. Sin embargo, en el día a día la realidad es diferente y nos encontramos con las complicaciones de lo que significa ser extranjero y los desafíos que debemos enfrentar. Aquí se produce lo opuesto, rechazamos el país en el que estamos y buscamos grupos de pertenencia que se encuentren en la misma situación o que hablen el mismo idioma. Lejos de ser un problema, éstos procesos son necesarios y normales, debido a que luego de repetirse continuamente, darán origen a nuestra nueva identidad y progresiva adaptación.
|| "...Las distintas etapas por las que pasamos dentro del proceso adaptativo al emigrar pueden generar dudas e incertidumbre constantes, lo que conllevan conflictos de identidad y malestar psicológico en general..." ||
Transformar[se]
Muchas veces el concepto de transformación tiene ese efecto negativo de "dar miedo", pero ésto no puede estar más lejos de la realidad: transformarse implica dejar viejas estructuras que no nos sirven, despojarnos de pensamientos limitantes y abrir nuestra mente hacia lo inesperado, lo nuevo, lo insólito: es reinventarse para crecer.
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