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Aventurarse juntos: emigrar en pareja

Foto del escritor: Jael BuffaJael Buffa
Subir al avión. Mirarse mutuamente pensando en lo que vendrá. Admirar nuevos paisajes. Compartir comidas típicas. Apreciar cada momento. Emigrar con tu otra mitad puede traer además de inmensas alegrías, muchos beneficios a largo plazo dentro de la relación.

Tejer de a dos nuevas travesías es, sin dudas, uno de los pasos más importantes que podemos dar en lo que a nuestra vida amorosa se refiere. ¿Por qué? Bueno, digamos que conforme pasa el tiempo y el ser humano va creciendo, nuestras relaciones también. Esto sucede con nuestra familia, amigos y por supuesto, con nuestra pareja.




Crecer juntos

Cada decisión que tomemos de a dos nos permitirá crecer y al mismo tiempo lograremos dotar de cierta madurez nuestra relación. Esto se traduce en mayor solidez y simultáneamente, en un afianzamiento de cuestiones básicas sobre las que estar o no de acuerdo: qué es lo que queremos y qué no para nosotros, cúales son nuestros objetivos y anhelos, qué perseguimos individualmente y cómo podemos ayudarnos mutuamente.



Enfrentar desafíos

Cada desafío que individualmente enfrentemos, nos será de ayuda para resolver otros enigmas que surjan a futuro para ambos y que necesiten de decisiones acertivas. Éstas no son más que decisiones que se toman analizando los pro y los contra, evaluando alternativas y procurando llevar a cabo un proceso serio sin dejarse llevar por nuestros impulsos. Asimismo, solucionar situaciones juntos colabora con la confianza mutua, el entendimiento, la empatía y el cariño dentro de la pareja.



|| "Cada decisión que tomemos de a dos nos permitirá crecer y al mismo tiempo lograremos dotar de cierta madurez nuestra relación" ||


Autodescubrirse y descubrir al otro

En un contexto lleno de novedosas vivencias, es muy probable que nos encontremos con aspectos nuestros que hasta el momento no estaban muy claros o quizás, no estaban latentes (al menos para nosotros). Autodescubrirse en nuevos lugares nos invita a reinventarnos, a dejar atrás lo que no queríamos, a soltar viejas estructuras o patrones, y a liberarnos de pensamientos limitantes o sistemas de creencias que ya no funcionan con nosotros. Al mismo tiempo, podemos descubrir facetas en el otro que tal vez nunca habíamos distinguido o sólo vimos un atisbo y que lejos de caer en el romanticismo, aportan nuevas e interesantes sintonías a la relación.


Construyendo - nos

Comenzar de cero una vida juntos implica estar en la misma sintonía: perseguir los mismos objetivos, valorar los mismos ideales, compartir las mismas ideologías (o casi). Es cierto que si bien podemos estar en desacuerdo en varias cuestiones, lo primordial para construir de a dos es caminar por la misma senda. Armar rutinas, hábitos y costumbres con ayuda -¡y de la buena!- es siempre mejor. Fijar los cimientos de nuestro futuro nos construye y nos reconstruye como personas y como pareja, y por sobre todas las cosas, como compañeros de vida.

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